- Un rulo de Queso de Cabra.
- Una lámina de Hojaldre.
- Dos Cebollas.
- Aceite de Oliva.
- Azúcar Moreno.
- Almendra cruda en granillo.
- Un Huevo.
Cortamos las cebollas en juliana fina, y la ponemos a pochar en una sartén con un poco de aceite de oliva y un poco de sal. La dejamos que coja color, y le añadimos una cucharada de azúcar, para ayudarle a caramelizar. Cuando este tostadita, la retiramos del fuego y reservamos.
Extendemos la lámina de hojaldre y la cortamos en círculos o cuadrados. La mitad un poco mayores que el tamaño del diámetro de queso, y la otra mitad el doble del diámetro ( esta parte ira arriba del bocado ).
Cortamos el rulo de queso de cabra en rodajas, calentando el cuchillo en agua caliente y lo secamos con papel, (para cortar mejor el queso).
Ponemos encima de una bandeja de horno los trozos de hojaldre más pequeños. Encima ponemos una rodaja de queso de cabra. Encima de este, un poco de la cebolla caramelizada.
Pintamos con huevo batido los extremos del hojaldre. Tapamos con el hojaldre más grande, y con ayuda de un tenedor, como si fuese una empanadilla, cerramos los extremos. Podemos decorar los hojaldres con el resto que nos sobre al hacer los cuadrados. Pintamos toda la superficie del hojaldre con huevo batido. Ponemos encima unas almendras, y las espolvoreamos con azúcar moreno. Metemos al horno precalentado a 180º hasta que se nos dore. El contraste entre la cebolla, el queso y el azúcar es espectacular.
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